«Mi abuelo Javier murió dos años después de empezar a olvidarme. Le bastó ese tiempo para no saber que era su hija quien le atendía y la llamaba indistintamente Matilde o Rosario, que era el nombre de mi abuela. Dejó de saber si era de día o de noche, no tenía conciencia del frío ni del calor y su casa le asustaba, no sabía dónde estaba. Olvidó atarse los cordones de sus botas y cómo abrocharse el botón de su camisa. Un día no recordó para qué servía una cuchara y dejó de comer. No recuerdo las facciones de su rostro, sí la intensidad de su mirada gris y su voz grave que retumbaba en el patio de la casa.»
MIENTRAS HILAN LAS MARIPOSAS de Silvia Salgado.
21 de septiembre. Día mundial del Alzheimer.
Un abrazo a todos los que cuidan de los que olvidaron.
Pic by Aaron Burden
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