La vida, que late

La noche y yo tenemos un pacto. A veces nos despertamos y nos contamos cosas que jamás se nos revelan de día. Tengo veladas nocturnas de mucho tránsito. La de ayer, sin ir más lejos, me llevó a La Resistencia. Atemporales reflexiones de Ernesto Sabato recogidas en un breve ejemplar. Cinco cartas de esperanza. Al fin y al cabo eso es resistir.

Como el autor, me he levantado esta mañana con “una esperanza demencial”.  Llevo tiempo alistada en el bando rebelde, ese que todavía cree en la bondad del ser humano. Que esta sociedad virtual en la que vivimos no nos aleje del corazón de las cosas. Yo lo que quiero es tomarme un café contigo, escribirte una carta. Dar un abrazo a la gente que quiero, gozar con una buena conversación, que se me ondule el pelo porque lo moja la lluvia. Tocar y oler.  Dice Sabato que la vida se hace en borrador sin vuelta atrás. Imposible recuperar los abandonos. Me propongo no descuidarte. No olvidarte. Vamos a recuperar los afectos. Que la vida late.

El hermoso consuelo de encontrar el mundo en un alma, de abrazar a mi especie en una criatura amiga.

F. Hölderlin

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