Nosotras que nos queremos tanto

Lo que tiene la distancia, es la intensidad con la que tengo que querer a ratos. Como los náufragos que sobreviven filtrando agua de mar, yo me dedico a embotellar los momentos, para luego espaciar nuestras risas y confidencias. Estoy convencida de que el abrazo amigo me dilata el corazón y lo habilita para disfrutar lo bueno pero también para defenderme de la pena de la ausencia. Fíjate que ahora me gustan las despedidas, son del todo imprescindibles para el reencuentro.

Este fin de semana me he acordado de un libro que una de mis grandes amigas de juventud me regaló entonces: ENTRE AMIGAS, de Laura Freixas y editato por Destino. Sobre la amistad, ese analgésico tan resolutivo que no encuentras en las mejores farmacias.

 

Una historia de amor y de amistad que analiza con una brillante penetración psicológica todos los matices del sentimiento.

 

A sus treinta y cuatro años, Eli, barcelonesa casada con un suizo, lleva una vida tranquila en su casa de los suburbios de París, cuidando de sus hijos y preparando oposiciones. Pero, cuando menos lo esperaba, recibe noticias de la que fue su gran amiga: Tina, francesa, pintora en ciernes, devoradora de hombres y personalidad fuera de lo común… ¿O lo era sólo en la imaginación de Eli? El reencuentro de ambas amigas, tras catorce años sin verse, resucita el pasado compartido -Barcelona, años setenta-, saca a la luz más de un secreto y pasa revista a muchas cosas: la edad adulta, la vocación artística, la militancia, la mediocridad, el amor, la maternidad, las relaciones con los padres… y, por encima de todo, esa gama de sentimientos contradictorios y a veces intensísimos -adoración, rivalidad, sometimiento, rencor, gratitud, complicidad, aprendizaje- que llamamos amistad.

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