Una vez a la semana, paso una media de una hora recorriendo los pasillos del área de infantil y juvenil de las bibliotecas. Miro con nostalgia la bebeteca y me doy cuenta de lo mucho que han crecido mis hijas por lo que han crecido sus lecturas. Amigos, vecinas y desconocidos me preguntan con frecuencia qué leen mis hijas. Créeme que entiendo que es difícil a ciertas edades dar con lo que les gusta, más allá de los éxitos comerciales que nos marcan las grandes editoriales y que vienen en forma de sagas. Por ejemplo: El club de las zapatillas rojas, La banda de Zoe, Futbolí9simos, Tom Gates, Olimpia, etc. Colecciones, todas y más, que han leído y consumen mis hijas. Pero hay más, créeme si te digo que hay excelente literatura juvenil, a su alcance. Cuando tenía diez años, mi hija mayor leyó el clásico Matilda, de Roald Dahl y no puedo olvidarla, dando un salto de su cama para venirme a buscar y decirme: «Mamá, estos son los libros que me gusta leer, los que me llegan y me hacen pensar ¿Tienes más?.»
Entonces llegaron a casa muchos de los libros de Dahl: Las Brujas, La Maravillosa medicina de Jorge y, cómo no, Charlie y la fábrica de chocolate; También los de Michael Ende: Momo y La historia interminable. Clásicos, lo sé. Pero que les van proporcionando paladar para la lectura de nuevos autores que las fascinan con sus historias. En Tulipanes te voy a ir dejando reseñas de los libros que les quitan el sueño a mis hijas, lectoras nocturnas que roban la hora de la tele para leer antes de dormir. Hoy os dejo referenciado un libro devorado en tres noches. Suelo medir lo que les gusta un libro en noches ocupadas.
ALAS PARA UN CORAZÓN, de David Almond y publicado por Nube de tinta. Un libro indicado para lectores de 9 a 99 años.
Sinopsis: Michael no está de muy buen humor últimamente, se acaban de cambiar de casa y, de momento, no le gusta nada. Además, sus padres andan muy nerviosos porque su hermanita, que acaba de nacer, tiene que ingresar en el hospital aquejada de una grave enfermedad en su corazón. Por eso, Michael tiene mucho tiempo para investigar y es en el destartalado garaje donde encuentra a un extraño personaje, sucio y muy enfermo, que se alimenta de insectos. Afortunadamente, podrá compartir este secreto con Mina, su nueva vecina, una niña inquieta y muy despierta, que le descubrirá al poeta William Blake y le enseñará a ver la vida con otros ojos. Los dos alimentarán a su nuevo amigo, le conseguirán la comida china que tanto le gusta y la cerveza negra, pero también las pastillas para tratar su avanzada artritis. Entre los tres se establece una sólida amistad, una amistad que los une con unos lazos poco comunes… Al final, descubrirán cuál es la verdadera identidad de su misterioso amigo y, sobre todo, por qué está con ellos. Mientras, la hermanita de Michael se debate entre la vida y la muerte…
Narrado con ternura, es un canto a la vida, a la amistad y al amor. Misteriosa y original trama, es un libro emotivo que te gustará también a ti: «Mamá, es precioso, tienes que leerlo». Y lo tengo entre mis próximas lecturas.
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