Óscar Ramos ilustración |
Llueve. No, espera un momento, no pienses que «menuda novedad» porque vivo besando el Atlántico. Todavía, y ya casi hace un mes que me instalé, la lluvia no había venido a saludarme y fíjate que yo la esperaba en cualquier momento.
Me gusta. No me importa mojarme por fuera y aunque soy buena anfitriona lo que no permito es que me empape por dentro.
Los lugareños parece que la ignoran, tan acostumbrados están a ella que conviven con el agua con absoluta normalidad. Y no se quedan en casa. Creo que voy a tener que renovar mi armario y hacerme con unas buenas botas y un paraguas de mil colores. Ya sabes, si te caen limones del cielo, ve a la cocina y prepárate un Gin – Tonic.
1 Comentario
Fernando Luis Sabido
julio 24, 2015 de 9:34 pmQué hago mirando la lluvia, si no llueve.
Un beso bonita.